Los compis de clase, ayudando en la difusión #fotosquenovienenacuento |
El caso es que la primera semana en mi nueva morada me deparó una serie interminable de eventos en el centro y los alrededores de Sydney, por lo que tampoco he tenido tiempo para descubrir el barrio.
Si a eso le sumamos el ajetreo del mes de octubre con el evento y el voluntariado en el Festival de Newtown el resultado es que lo único que he ganado con el cambio son unas piernas duras como el acero, porque me paso el día cruzando el Harbour Bridge en bicicleta (de momento despacito y viendo como todos los demás ciclistas me superan sin despeinarse mientras yo sudo como un pollino).
Creo que también contaba en el post que nunca publicaré algo sobre la quinceañera situación de que una chica brasileña me diera su numero de teléfono escrito en un papelito a la salida del autobús, sobre el excelente paquete de productos italianos que me agencié en el Festival de Cine Italiano (Barilla, Lavazza, y tantas otras marcas de similar caché) y la posible visita del próximo viernes al equipo de fútbol de Sydney, con la intención de echarme una foto con Alessandro Del Piero.
La reflexión, visto que el post de entonces trataba de nuevo desgraciados avatares de mi vida, es que estoy encasillado, tanto como Antonio Resines (o su alter ego Carlos Escaño) y tanto como empanadillados estaban aquellos cómicos. Y la moraleja es que las entradas más divertidas son las que se escriben en el momento, sin darle muchas vueltas (por cierto, estupenda excusa para dilatar mis posts semanales).
lo de las piernas de acero explica lo de la brasileña, imagina que culito estas haciendo de tanto andar... pd: soy Víctor
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