miércoles, 31 de julio de 2013

Ya es miércoles de nuevo, ¡y yo con estos pelos!

Ha pasado una semana y parece un mes, que le cunde el tiempo a uno en el invierno que es una maravilla. Empezando porque el mismo miércoles pasado por la noche me fui con los compis del trabajo de karaoke (segunda experiencia si no contamos los karaoke pijama party del apartamento 61) para celebrar el cumpleaños de Sun, pero vamos, que cualquier excusa nos vale para liarla (¿de qué me suena esto?).
Karaoke para todos y algo de comer
Para los que han tenido el dudoso gusto de escuchar mi voz de ruiseñor de los cerros diré en mi descargo (y en adobo) que después de mi segunda canción me regalaron una jarra de cerveza de 1 litro. Y eso que no me desnudé ni nada parecido, si no me hacen dueño del bar fijo.
Y siguiendo por el curso, que se está poniendo interesante desde el principio: ya tengo grupo y actividad, organizaremos una noche temática homenaje a los programas televisivos de los 80 con Bingo, rifa, tómbola y sorteos para recaudar fondos por una buena causa (Asociación Australiana de Cáncer de Colon).
Yo propuse una actividad muy divertida y excitante (una especie de Caza del Tesoro con el Camino de Santiago de telón de fondo, pero aunque prometía, parecía bastante trabajo burocrático (conseguir permisos de todos los distritos, del gobierno local, regional, estatal, nacional, mundial y yo que sé). Pero estoy bien, no lloréis por mí, me desquitaré haciendo de Jordi Estadella o de Joaquín Prat.
Me toca la parte de marketing y buscar sponsors, así que he recuperado el espíritu del networking y voy a intentar atraer a la gente que conocí en el grupo de expatriados cuando llegué-
Y luego está el trabajo, que los compis del restaurante son muy buena onda y nos lo pasamos como podemos (aunque no hemos establecido aún ningún domingo/lunes de camarero, pero todo se andará). Y también el trabajo de la App, que es más aburrido porque estoy yo solo, pero que ya me acerco a finalizarlo.
Además, el voluntariado, que regresa pisando fuerte (el viernes debería despertarme a las 6 de la mañana para uno y no acostarme hasta las 2 de la mañana para el otro, ya os contaré si sobrevivo) con el esperado retonno al pichuco’s australiano.
#fotosquenovienenacuento - la media tortilla
En esta vorágine de actividad compulsiva, un amigo y compañero de voluntariado (Fernando) me ha descubierto uno de los secretos mejor guardados de Sídney. En la Universidad que hay al lado de mi colegio organizan un desayuno para los estudiantes. Lo mejor son muchas cosas: es de calidad, es gratis y no te piden el carnet de estudiante. Se ve que la uni tiene dinero porque el pan es de cultivo orgánico, los cereales también, para untar tienen mermelada y nutella, el yogur es tipo griego cremoso y nada dulce y el té o café se puede tomar con leche entera, desnatada o de soja.

No obstante, nuestros pinchos de bravas y ali-oli en el césped, con Pablo guardándonos el mejor sitio no tienen nada que envidiarle al Australian Breakfast.

miércoles, 24 de julio de 2013

Informe semanal

Le pasan a uno tantas cosas en una semana que nunca se sabe por donde empezar. Si no me creeis, intentadlo, ya vereis.

En esta semana me he dado cuenta del tipo de post que mas me gusta publicar en el blog: las entradas-balance. Me gustan tanto que a veces no tengo siquiera elementos, distancia y perspectiva para hacer un balance pero lo hago de todas formas. Eso debe ser muy posmoderno, me imagino.
El motivo de mi reflexion sobre el blog que llevo lo ha ocasionado una recomendacion en LinkedIn: Pablo, un creador y artista grafico que conoci en Bruselas me envia una recomendacion (endorsement) de blogging, o sea que soy bloguero. Pues me ha hecho mucha ilusion.
Y ya que estamos de recomendaciones, a mi me gustaria recomendarle a todo el mundo los grupos de whatsapp. A lo mejor no vale cualquier grupo, pero los que yo tengo son geniales. Lo que mas me gusta de los grupos de whatsapp es entrar una vez por semana y descubrir que El canalillo tiene 348 mensajes no leidos y el Martes loco 97 (es normal, porque en uno hay 200 miembros y en el otro 5 o 6). Oye, me paso 10 o 15 minutos sin parar de reir, a veces por bromas o referencias que no entiendo hasta que acabo de leer todos los mensajes.
En otro orden de cosas y por continuar el repaso de la semana os confesare que si aun no teneis noticias de las vacaciones y no he publicado fotos del viaje en caravana del que tanto hable hace ya un mes o mas, eso se debe a que el ordenador no me funciona muy alla y estoy pendiente de que me lo formatee o revise o arregle (o lo que sea que le haga falta) un amigo de mi compi de piso. Y preparaos porque hay viaje para 3 o 4 posts por lo menos.
Relacionado con esto, os hago una confesion: en ocasiones escribo el blog desde la biblioteca. El lector avezado ya se habra dado cuenta. Se trata de entradas en las que no aparece esa letra tan nuestra que es la n con una rayita encima y, sobre todo, carecen de acentos (pero creo que ya pedi perdon por ello en otra ocasion).
Continuando con el repaso, subrayo que ya he vuelto al cole, y tiene pinta de que este semestre va a ser duro y va a irse volando. El evento que organizaremos esta vez es una noche de Bingo ambientada en los programas de la tele de los 80 (que contenta estaria Delia participando en este revival a la australiana del 'Un, dos, tres' o de 'La ruleta de la fortuna'.
Por lo demas, novedades familiares que muchos conoceis y otros muchos no, asi que no revelo (porque Informe Semanal no es Gente ni el Tomate).
Y nada mas...

miércoles, 17 de julio de 2013

La crisis de los 30



No he leído mucho acerca del tema y no me voy a poner a buscar bibliografía ahora; me imagino que eso de la crisis de los 30 existe y que es algo parecido a lo que me motivó a irme a Australia, una mezcla entre sentirse joven y verse ya adulto, una especie de última oportunidad antes de decidirse, una nueva etapa de importantes cambios, etc.
En fin, dudo que sea algo de todo lo anterior, lo que sí  puedo decir ya es que los 30 me han llegado y como no podía ser de otra forma, los celebramos a lo grande. Gracias a mi compi de piso que los cumplía al día siguiente, claro.
La tortilla reconstruida
El día prometía ya desde el sábado, cuando fui a la fiesta de la Sydney Trapeze School y tuve la ocasión de experimentar el salto del trapecio (próximamente el vídeo que me pondrá en evidencia como el gran patoso que soy).
A la rica bruschetta
Como me tocaba trabajar el día de mi cumple, la noche anterior no salí y me dediqué a preparar tortillas de patata (mi intento frustrado de publicar una foto de las mismas en twitter se ve hoy recompensado con la instantánea que aquí aparece) para poner mi granito de arena en la fiesta.
Después del trabajo le dije a los compis que se vinieran y empezamos la fiesta. Cristina, la otra festejada, se curró una peaso de cena increíble: bruschetta estilo italiano, ensalada de arroz, verduras a la parrilla, pizzas exquisitas a la par que ultracongeladas y por supuesto mis originales tortillas.
Parte de la tropa
Mi compi de piso, Karl, el sufridor de la Korean cultura del post anterior, nos preparó un guiso típico coreano que estaba rico y picaba un poco (“pero poco”), mi compi francesa Luna se curró unas tartas de cumpleaños deliciosas y muy bonitas, mi compi de curro Jimmy se hizo con los mandos del ordenador para convertirse en el dj de la noche y entre vinos y zumos de manzana (que no todo en esta vida puede ser zumo de piña) nos dieron las 10 y las 11.
La obra de arte de Luna
Entonces, por respeto a los habitantes de la casa, y por si acaso a la policía se le ocurría venir, nos fuimos al bar de abajo, que como buen domingo por la noche estaba vacío. Pero nos dio igual, el festival de bailes no se hizo esperar y nuestra versión coral del Gagnam Style es posiblemente digna de los mejores premios de danza contemporánea.
Entre medias, que si felicitaciones por aquí, que se desnude por allá, en fin, lo de siempre.

Quizá en el momento no, porque con todo el barullo no se da uno cuenta, pero la nostalgia es un sentimiento extraño, que aparece cuando uno menos se lo espera y entonces fue cuando os eché de menos. Pero a la vez sé que estuvisteis todos y todas. Por eso y porque sois lo más grande MUCHAS GRACIAS.




jueves, 11 de julio de 2013

El choque cultural

Despues de dejar una semana de pausa para que mis seguidores no se cansen y los que van con retraso se pongan al dia os voy a relatar una anecdota simpatica de mi nuevo hogar.
Nuestra enorme mesa en nuestro inmenso comedor
Ayer, nada mas llegar a casa me encuentro a mis 3 colegas de habitacion, coreanos, empaquetando sus cosas, porque dos de ellos se marchan hoy. Hasta aqui todo seria normal si no fuera porque tenian, y no exagero, seis cajas con 8 o 10 cartones de tabaco cada una, ademas de otras 6 con galletas saladas y dulces, crackers y otras golosinas similares que ya hemos tenido el gusto de probar anteriormente.
Aparte del tabaco, que era novedad, lo otro suena mas o menos normal, como quien se hace mandar jamon serrano o lomo iberico por correo.
La verdadera novedad es que me sueltan de buenas a primeras, esta noche tenemos fiesta: tres tipos bastante tirando a muy tranquilos, que se han pasado las 4 o 5 semanas que llevo en el piso sin casi salir de la habitacion ni socializar con el resto de repente montan una fiesta, veamos...
Y aqui empieza lo bueno; con el pretexto de explicarnos la cultura coreana, a eso de las siete y media de la tarde sacan 25 tercios de cerveza y empiezan a beberselos como si se fuera a acabar el mundo (mas rapido incluso que los ingleses, y eso es de record).
El pobre younger brother


A las ocho, al grito de younger brother, obligan al mas joven de los tres a bailar (o mejor dicho a hacer el ridiculo) musica disco en el salon, y nos explican que la korean culture obliga a los menores a respetar a sus mayores y obedecerles (un poco como el concepto de las novatadas) so pena de recibir un sonoro guantazo en caso de negarse.
En ese instante me alegro de ser mayor que ellos porque me habian ofrecido una cerveza, que cortesmente rechace, con lo que el sopapo estaba sobrevolando el cargado aire del salon.
Despues de una intensa hora de bailes, explicaciones de cultura y gritos de salud, cheers, kombe, y demas desaparecen los tres y se meten en la habitacion (por supuesto con la musica a todo trapo). Me permito entrar a verles y de paso ponerme el pijama y me los veo bailando como locos delante del espejo.
Media hora mas tarde mi temor de no poder dormir por el fiestorro que tengo montado en la habitacion se disipa porque se callan como tumbas. Entro de nuevo y el mas joven esta dormido como un angelito, mientras los otros dos comentan la jugada en voz baja.
Documentación gráfica al canto
La experiencia, como este post, se puede calificar como "breve pero intensa". Es una pena que se hayan soltado justo el dia antes de marcharse porque ahora llegaran dos nuevos compis de piso (no sabemos cuando) y otra vez a empezar.
Le pedire documentacion grafica a mis compis de piso porque merece la pena ver los bailongos del colega.