viernes, 3 de mayo de 2013

Volver a empezar


Esto de tener 2 semanas de vacaciones cada 2 meses es bueno y malo. No creo que tenga que explicarle a nadie por qué es bueno tener vacaciones, quien más y quien menos ha sido, es y/o será estudiante.
La parte mala quizá necesita aclaración: las vacaciones son malas porque después toca volver. Y además estos anglosajones con su sistema de locos te dan un montón de días a mitad de semestre y te avisan a medias de que conviene adelantar el trabajo. Pero uno no lo hace, porque tiene visita o no le apetece o perrea un poco y luego se junta todo.
La semanita ha sido fina (esto pa’ que no digáis que solo hablo de las juergas y los viajes y los canguros):
En la Feria de Turismo con Nicole Kidman de cera


El fin de semana pringado en la ATE (Feria Nacional de Turismo en Australia) de voluntario, claro. Una experiencia más, de la que guardo muchos recuerdos (unos prismáticos, un bolígrafo, un termo y una bolsa térmica tamaño tupper, principalmente).
El lunes me entero de que tengo que entregar en una semana 3 propuestas de sala (con visita a la sala, fotos, análisis de riesgos y precontrato con cada una de ellas) para un evento que también tengo que inventarme (en media hora).

El martes examen, que me salió muy bien, no es por presumir y encuentro para montar el evento del mes de mayo (¡El día 21! ¡Y aún no tenemos nada!). Además, me llega un e-mail de la Feria del Libro de Sydney con los horarios de mi plan de voluntariado (el 11 de mayo por la mañana, 23 y 24 todo el día y 26 hasta las 3 de la tarde)

El miércoles nos anuncian que los trabajos más gordos de las asignaturas más “fáciles” son el 29 y el 31 de mayo. Luego en la reunión de la asociación de estudiantes nos dicen que el 17 de mayo tenemos formación en gobernanza.

Y como no tenía nada más interesante que contar en el blog, me dije, voy a mirar casas por ahí, a ver si encuentro una bargain (más barato, o que tenga una habitación individual). Y llego a Mary Street, que está al otro lado de la estación, a 10 minutos de casa respondiendo a un anuncio que reza “Casa victoriana a 5 minutos de la Estación Central y el mercado de Chinatown. Habitación individual amueblada, con baño compartido, lavadora, secadora, internet ilimitado, cocina totalmente equipada y todo por solo 180 dólares a la semana, gastos incluidos.
¿Desayuno con diamantes en casa victoriana? #fotosquenovienenacuento
Una ganga si consideramos que yo pago 170 y comparto habitación con otros dos pibes y baño con los 600 invitados que vienen cada fin de semana. Pues no, no es un chollo. La casa es una pena, se cae a pedazos, quizá fue victoriana pero el dueño, que es vietnamita le ha puesto techo de uralita. Viven 25 personas en barracones prefabricados como el que me quería alquilar y el tipo se agarra un cabreo enorme cuando le digo que la cocina es pequeña. “La cocina para cosas simples, los demás inquilinos trabajan todos y nadie come aquí. Si te gusta cocinar, largo de aquí”. Y yo no es que guise rabo de toro o prepare arroz con bogavante (hay mejores sitios para disfrutar de un buen chinpún) pero es que en esa cocina ni siquiera una pasta aglio e olio.
Moralejas tengo unas cuantas: que más vale malo conocido, que los experimentos con la gaseosa, que lo barato sale caro, que quien a buen árbol se arrima.
Bueno la última creo que se refiere más a los numerosos comentarios (privados, que sois muy políticamente correctos) que he recibido sobre mis vecinas y compañeras de piso, que por cierto, como los más curiosos ya saben, se marcharon hace 15 días. Por cierto, hablé con Mariana el otro día y me dijo que está dispuesta a ir a España para conocer a "sus fans". Poneros guapos.

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