Suena
un poco a refrito, o a película de serie b, o a descartes de un álbum, pero es lo que hay.
Entre que ando liado y que han vuelto unos cuantos franceses de los que conocí
cuando llegué y que se marcharon a los pocos días, me parece que ha llegado la
hora de ir atando cabos. Empecemos por aquella historia de la burocracia que
dije hace algunos post que os contaría.
Seguro
que recordaréis (y si no ya me encargo yo de daros la lata) mi odisea cuando
llegué. Bien, pues de entre todas las cosas que me ocurrieron, una fue conseguir
el certificado RSA. RSA, o servicio responsable de alcohol, es un cursito que
se paga 100 dólares del ala y que es imprescindible para trabajar en casi
cualquier empleo relacionado con el turismo y la hostelería (incluidos los
eventos). Te hacen un examen al final, pero es con libro y de todas formas, con
lo que cuesta la porquería de curso es como para que encima te suspendan. Así
que lo aprobé. Y me mandaron un papelito diciendo que tenía que ir a Correos
para que me hicieran la tarjeta oficial (la de la foto).
Fui a Correos la primera vez, con todos los documentos de identidad y tarjetas que
tengo (porque tienes que demostrar que eres tú con varios documentos por valor
de 100 puntos) y me dijeron que no me podían hacer el certificado. Resulta que
mis documentos españoles van con dos apellidos, mientras que los australianos
solo tienen uno. No es que yo quiera quitarme el segundo apellido, claro, es
que en los formularios no hay espacio para poner los dos.
- Pero
vamos, que soy yo, no sé si se nota en las fotos – le digo a la dependienta.
- Lo
siento, tienes que conseguir 100 puntos pero todos con el mismo nombre – me suelta
ella – es la ley.
- Pues
esto es todo lo que tengo – contesto un pelín molesto – y no voy a poder
conseguir nada más o no lo suficiente para llegar a 100 – concluyo mientras me
marcho visiblemente airado (creo que está un poco fuera de lugar aquí, con lo educada y comedida que es la gente).
Autofoto en Hobart, para rellenar #fotosquenovienenacuento |
Dejo
pasar unos 10 o 15 días y me decido a volver a la carga. Misma oficina de
correos y misma dependienta. (oh oh, me digo a mi mismo). Arranco con fuerza:
- Vine hace dos semanas a sacarme el RSA y no me dejasteis, he pensado
en hablar con mi embajada y pedirles un certificado que garantice que soy la
misma persona con un apellido y con dos (nada como tirarse un farol).
- Pero eso no te van a dejar hacerlo - me explica preocupada - y si no tienes 100 puntos nosotros no podemos hacer nada.
- Pues yo más soluciones no encuentro, o voy a hablar con la embajada
(la palabra embajada suena bien, a asunto importante) o abandono la empresa de
solicitar el RSA.(aquí pienso, esta no se ha enterado de nada, se cree que voy a pedir que me quiten un apellido o algo así, aprovechémoslo)
- Un momentito, por favor, voy a consultar con el mánager.
Eso
significa victoria, pienso yo, porque el supervisor no será tan cuadriculado
como para no entenderlo. Y no me equivoco, la mujer sale, me dice que todo bien
y me previene. Si alguna vez te controlan, la documentación que
tienes que enseñar es la australiana, no la española, recuérdalo.
Por
cerrar el círculo, hace 8 o 10 días me dice la profesora del curso: Me han
escrito del departamento de comercio de Nueva Gales del Sur de que ya tienen tu
RSA, por si quieres pasarte a buscarlo.
Aunque
en correos les di mi dirección postal, la tarjeta llega a la consejería de
turno. Ahí, si quieres, te pones de acuerdo por correo o telefónicamente para
que te la envíen a tu casa en el sorprendente plazo de ¡2 meses! (tardan más
que las postales que mandé a España). La otra opción es acercarse a la oficina
y recogerlo tú mismo, estilo Juan Palomo.
Menos
mal que vivo en el centro y todo me pilla cerca.
Jejeje, parece que hay cosas muy parecidas con España. Hasta que te hacen las cosas y lo que piden para todo...
ResponderEliminarMenos mal que estás hecho un crack y sabes latín, jeje.
Un abrazo
P.D: Si aquí tuvieran que sacarse eso y cobraran un céntimo seguro que con tanto borracho y bar que hay por aquí se hacía de oro.
Fdo: Povs
Povs, crack!
ResponderEliminarTu sí que sabes latín, clarooo, povis-povis, ¿quién lo conjuga?
Ya tenemos negocio para levantar España, que no digan que no nos preocupamos por la buena marcha del país...
Un abrazo, jugón
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