Todo muy cuco, oye |
A
Sandra, por su cumple y por su empujón
Eso es
lo que montamos el martes, un peazo evento que no veas. Con mucho estrés y
muchos nervios porque nos jugábamos la nota pero además, porque teníamos que
sacarles los cuartos a 60 personas (por una causa justa, eso sí).
Y
después del mapa conceptual, la explicación: la principal tarea del curso este
semestre era realizar un pequeño evento. Para ello nos dividimos en grupos de 5
o 6 personas y la profesora nos asignó un día y un tipo de evento.
A mi grupo
le tocó el martes 21 de mayo hacer una cena benéfica a favor de la Chris
O’Brien Lifehouse, que es un centro integral de tratamiento e investigación
sobre el cáncer (en concreto de los tumores cerebrales).
No ha
sido un camino de rosas, pero tampoco fue tan complicado. Tengo la sensación de
que tanto papeleo y tanta teoría son útiles para tener una idea de cómo se hace
un evento, pero en la práctica lo que hace falta son tablas y experiencia
porque siempre hay imprevistos.(Uno muy divertido es el que ilustra la foto, me quedé sin internet justo la noche antes del evento, cuando el intercambio de mails para rematar los últimos requisitos teóricos era más ardiente, así que tuve que sacar el cable de red, que siempre llevo conmigo desde que Charlie me dijo que lo llamaban prehistórico por ir con él a todos lados, y conectarme al módem, que está encima de la nevera. Todo muy underground)Restaurante - Antes |
Restaurante - Después |
Interneeeeé |
Todo
parecía indicar la catástrofe.
Pero entonces
pasó lo que ocurre en teatro cuando se lleva una obra con alfileres o tras una
situación comprometida, con muchos nervios y la moral baja, la magia. Y hubo
magia en el restaurante cuando, apenas ya sentados los invitados, nos acercamos
a sus mesas para explicarles las actividades que habíamos preparado. De repente
nos sonreían, nos escuchaban y nos compraban los boletos de la rifa. Y todo
empezó a subir como la espuma.
El equipo A |
Acabé
hecho pedazos, claro, porque desde las 8 de la mañana que llegué al college (hay que meter un poco de inglés
que si no parece que no estoy aprendiendo nada) me dio tiempo a echar una mano
a los compis que estaban organizando el evento de la mañana, hacer el examen de
informática y preparar y llevar a cabo el evento con el resto del grupo. Pero
valió la pena.
Y
aunque haya mentes maliciosas que se piensen otra cosa, la relación con el
resto del grupo es estrictamente profesional. Pero vamos, no os penséis que no
me han llegado ya comentarios (además de los de facebook) de qué bien vives y
demás.
Cambiando
de tema, llevamos dos días de lluvia horrorosos y he notado que los
australianos parece que se esperan a que haga mal tiempo para demostrar lo
machotes que son y salir en pantalón corto y camiseta a la calle (sólo les
falta sentarse a tomar una cervecita en una terraza mientras cae el diluvio
universal, pero mejor no les doy ideas).
Cosas
que solo pasan en Australia, como lo del agua del retrete y la ley de
protección del koala.
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