jueves, 11 de julio de 2013

El choque cultural

Despues de dejar una semana de pausa para que mis seguidores no se cansen y los que van con retraso se pongan al dia os voy a relatar una anecdota simpatica de mi nuevo hogar.
Nuestra enorme mesa en nuestro inmenso comedor
Ayer, nada mas llegar a casa me encuentro a mis 3 colegas de habitacion, coreanos, empaquetando sus cosas, porque dos de ellos se marchan hoy. Hasta aqui todo seria normal si no fuera porque tenian, y no exagero, seis cajas con 8 o 10 cartones de tabaco cada una, ademas de otras 6 con galletas saladas y dulces, crackers y otras golosinas similares que ya hemos tenido el gusto de probar anteriormente.
Aparte del tabaco, que era novedad, lo otro suena mas o menos normal, como quien se hace mandar jamon serrano o lomo iberico por correo.
La verdadera novedad es que me sueltan de buenas a primeras, esta noche tenemos fiesta: tres tipos bastante tirando a muy tranquilos, que se han pasado las 4 o 5 semanas que llevo en el piso sin casi salir de la habitacion ni socializar con el resto de repente montan una fiesta, veamos...
Y aqui empieza lo bueno; con el pretexto de explicarnos la cultura coreana, a eso de las siete y media de la tarde sacan 25 tercios de cerveza y empiezan a beberselos como si se fuera a acabar el mundo (mas rapido incluso que los ingleses, y eso es de record).
El pobre younger brother


A las ocho, al grito de younger brother, obligan al mas joven de los tres a bailar (o mejor dicho a hacer el ridiculo) musica disco en el salon, y nos explican que la korean culture obliga a los menores a respetar a sus mayores y obedecerles (un poco como el concepto de las novatadas) so pena de recibir un sonoro guantazo en caso de negarse.
En ese instante me alegro de ser mayor que ellos porque me habian ofrecido una cerveza, que cortesmente rechace, con lo que el sopapo estaba sobrevolando el cargado aire del salon.
Despues de una intensa hora de bailes, explicaciones de cultura y gritos de salud, cheers, kombe, y demas desaparecen los tres y se meten en la habitacion (por supuesto con la musica a todo trapo). Me permito entrar a verles y de paso ponerme el pijama y me los veo bailando como locos delante del espejo.
Media hora mas tarde mi temor de no poder dormir por el fiestorro que tengo montado en la habitacion se disipa porque se callan como tumbas. Entro de nuevo y el mas joven esta dormido como un angelito, mientras los otros dos comentan la jugada en voz baja.
Documentación gráfica al canto
La experiencia, como este post, se puede calificar como "breve pero intensa". Es una pena que se hayan soltado justo el dia antes de marcharse porque ahora llegaran dos nuevos compis de piso (no sabemos cuando) y otra vez a empezar.
Le pedire documentacion grafica a mis compis de piso porque merece la pena ver los bailongos del colega.

1 comentario: