Pero vamos a intentarlo:
Para re-inaugurar este blog que me duplica el trabajo (no te lo tomes a mal, Sandra, que te lo agradezco;) porque ahora a ver quién es
el bonito que le dice a Victor que ya no le publico más en
Hambredeescritos.blogspot.com, lo mejor es repetirme sin cansar, o sea, volver a
hablar de esa canción de Krahe que me ha acompañado en mi llegada.
Dice la
primera estrofa:
En las antípodas, todo es idéntico
Tienen teléfonos, tienen semáforos…
De la primera
parte ya hablé en ¿es todo idéntico?
Y ahora voy con la segunda: a los dos días de llegar ya me había comprado una
sim australiana para poder iniciar la búsqueda de piso y cuál sería mi sorpresa
al enterarme de las condiciones. Aquí tienen teléfonos, de prepago o de
contrato, pero yo creo que son lo mismo.
Resulta que un
contrato te ofrece una tarifa fija mensual a cambio de unos servicios (si
estáis familiarizados con las compañías telefónicas, es decir, si tenéis que
llamar a menudo para quejaros o si os dan la vara para que os cambiéis no creo
que os descubra nada nuevo), mientras que el prepago es un número al que tú le
cargas el dinero que quieras y lo vas gastando con una tarifa menos
conveniente. O eso creía yo.
Llego a Vodafone,
porque la agencia tiene un convenio y no sé qué rollos, y me dice la
dependienta: Si quieres un número te recomiendo nuestros planes de 30$ o de
35$, que consisten en un gasto fijo mensual del 30 o 35 (que te cargamos
directamente a cuenta), a cambio del cual tienes nosecuántos minutos de
llamadas y megas de conexión, mensajes gratis y todo lo demás. Y si te pasas,
no te preocupes, que eso también te lo cobramos (por supuesto a precio de oro).
Llamadme loco,
pero eso en mi tierra es un contrato.
- - La diferencia es la permanencia, que el prepago no la tiene.
- - Ah. Pero, yo no podría hacerme un contrato porque me voy en 6 meses…
- - Claro, por eso te ofrecemos el plan
- - Y, ¿si yo quisiera pagar solo por lo que llamo?
(De repente el edificio entero
empieza a parpadear en rojo y se escucha el ruido de una alarma como si hubiera
que evacuar el país inmediatamente)
- - ¡No! Eso no te conviene, aquí la recarga mínima es de 30$ y tienes que
consumirlos en 28 días.
- - Vale, pues hazme el plan. El más barato.
Conclusión, si las
condiciones del prepago son tan parecidas al plan que al final te compensa más
el plan, y las condiciones del plan son tan parecidas a las del contrato que al
final (si te quedas un par de años) te compensa más el contrato no entiendo por
qué dicen que hay dos modalidades (prepago y contrato). Para hacerlo un poco
más claro: Si en Madrid te dicen que puedes elegir quién gobierne el
ayuntamiento y quién gobierne la comunidad y a los cuatro días esa gente que ha
sido elegida se marcha, uno podría pensar que en realidad no puede elegirlo,
sino que se eligen entre ellos, ¿no?
En fin, será que
la ciudad no es para mí.
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