martes, 4 de octubre de 2022

Comentarios - Sentados en el fuego

Ya está. Me he leído el libro de Mindell. No me ha pillado de nuevas porque me he formado con gente que lo había leído (o se había formado en Trabajo de Procesos). Aún así, me ha parecido, como ya me avisaron, un libro interesantísimo y lleno de frases inspiradoras.

El Dr. Mindell (y la Dra. Mindell, que habrá escrito menos, pero ha co-fundado la metodología del Trabajo Global/trabajo de procesos) es, por lo poco que dice el libro, un judío emigrado a los Estados Unidos que integra en su teoría desde la psicología de Jung  hasta el chamanismo nativo americano. Todo por el bien común, o la paz, o como se le quiera llamar. Él lo denomina conciencia de los procesos. Voy a copiar algunas definiciones que hace en el libro:

Consenso: Acuerdo para afrontar un tema determinado o seguir una dirección durante un tiempo limitado
Campo: la atmósfera o clima de toda comunidad, incluyendo su entorno físico, ambiental o emocional
Punto álgido: dentro del proceso de un grupo es un momento de ataque y defensa, lucha y huida, éxtasis, apatía o depresión
Rango: una habilidad o poder, consciente o inconsciente, social o personal, que procede de la cultura, del apoyo de la comunidad, de la psicología personal y/o del poder espiritual. Tanto si tu rango es aprendido como heredado, este organiza en gran parte tu comportamiento comunicacional, especialmente en los límites y puntos álgidos

Y ahora que ya está todo claro, vamos al lío. Sin afán de exhaustividad, voy a trazar aquí las ideas que, al menos para mí, recorren la obra de Mindell. El título ya es evocador. Y va acompañado de un subtítulo que reza: ¿Cómo transformar grandes grupos mediante el conflicto y la diversidad?

Toda una declaración de intenciones es comenzar con una pregunta, ya que la tónica general de la obra está estructurada en base a numerosas preguntas que el autor nos invita a hacernos y hacer a los grupos para ser capaces de facilitar procesos (quien desea facilitar) y entender nuestros propios procesos. Un amigo me dijo hace unos días que el problema de facilitar como Mindell es que sólo se puede hacer entre gente que se ha leído a Mindell. No sé si es exagerado o no, pero lo cierto es que el autor desarrolla un paradigma propio y si no se está de acuerdo con las bases es difícil seguir adelante.

Como he dicho antes, la venganza no sería necesaria si todos nosotros fuéramos conscientes de nuestro rango e hiciéramos un uso más sabio del poder social. La venganza es en sí misma un extraño poder contra el que no se pueden defender los privilegiados.
Sucede una y otra vez -entre jefes y empleados, padres e hijos, autoridades y marginados, países ricos y países pobres. Cuando nos olvidamos de nuestros privilegios sobre otros, alguien con menos rango nos sacará bruscamente de nuestros sueños.
(...) 
Nuestro sistema de "justicia" es simplemente otra forma de inconsciencia. La práctica habitual en criminología y psicopatología asume que los actos de venganza se deben a la historia personal del "criminal". Sugiero que se cambie esta práctica y se considere que el comportamiento antisocial es una consecuencia del contexto social en el que tiene lugar. Podríamos disminuir el comportamiento "criminal" gastando parte del dinero que se dedica a construir cárceles en una mayor educación sobre rango.

Para mí una de las bases es que el conflicto es necesario y sin él no puede existir la paz. Otra es que el rango, queramos o no, regula nuestras vidas, así que mejor conocerlo y trabajarlo. Otra es que el proceso está por encima, o al menos es previo a los objetivos (y sobre todo el proceso emocional). Otra que el modelo de liderazgo está obsoleto y debe ser sustituido por el "elderazgo" (que sería el rol de facilitador de grupos). Otra que solo asumiendo quién eres (incluido lo que no te gusta de ti) puedes facilitar desde un lugar de elder. Y otras más, pero con estas ya va bien. Ahora un poco de Mindell:

Mi definición de terrorismo incluye también los actos de venganza que se dan en procesos de grupo que causan dolor o daño psicológico a algunas personas. El simple hecho de la amenaza se incluye en esta categoría, como también lo es echar la culpa al grupo de todo lo que ocurre. (...)
El terrorismo no es por tanto un incidente aislado en la esfera internacional, como puede ser el secuestro de un avión. El terrorismo es tan común como que la gente se junte. Desde el momento en que en un grupo alguien dice: "o hacéis lo que yo digo o me largo", todo el grupo está "amenazado de muerte" por la presión del "terrorista". (...)
El terrorismo polariza los grupos. La intención del terrorista es hacer evidentes las diferencias que el grupo no sabe reconocer. En mi trabajo de facilitación, el terrorista me ha ayudado a recordar esta idea tan simple. Los terroristas quieren que la mayoría asuma la responsabilidad que les toca en el cambio social. (...)
El éxito de cualquier grupo, pero también del mundo entero, depende de la actitud que adoptemos en relación con el terrorismo que existe en nosotros y en los demás. En tu trabajo de facilitación tienes una oportunidad de modelar esta actitud enfrentándote con la tensión y la violencia. Para los demás eres una autoridad, pero también eres vulnerable a los ataques. ¿Puedes abrazar al terrorista? No es fácil, pero si recuerdas tu propia lucha por la libertad, tampoco es tan duro.

En fin, que "terrorista" puede ser cualquiera en cualquier momento y, lo más importante, también somos mayoría reacia a tomar conciencia del cambio social necesario para equilibrarnos como sociedad (asumir el rango y utilizarlo para construir comunidad).

Evidentemente hay un trasfondo de bien y mal en el análisis que Mindell hace de la realidad (que tiene sentido, ya que las religiones han sido esa vía para construir comunidad y lo han hecho desde ese dualismo) y su intento es darle la vuelta al mal y considerarlo una información del campo. De esa manera se consigue (o al menos se pretende) romper con el ciclo de la violencia y abrazar al terrorista en lugar de lanzarle bombas.

Habría mucho más que contar, porque cada capítulo da para mucha reflexión. Sin peros, por mucho que ahora tocara algún pero. Por algún sitio habrá que empezar el cambio.

 


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