viernes, 2 de julio de 2021

Comentarios - O porqué de todas as cousas

Fui a la biblioteca hace unos días y se me ocurrió leerme una traducción al gallego de un libro catalán: para que no digan que la literatura no tiende puentes entre culturas. Este libro de cuentos de Quim Monzó obtuvo el Premio Ciudad de Barcelona en 1993 y contiene treinta cuentos breves (el más largo no llega a las diez páginas) en los que predomina la temática de pareja:

Marido e muller contemplan a silueta da torre. A muller séntese especialmente tenra e abraza o marido.

- Tiña moita gana de facer esta viaxe.

Bícanse. O marido acariña o cabelo da muller. Volven mirar cara á torre.

- A qué hora temos que estar en Florencia? -di a muller.

- Á tardiña. Tes fame agora? Collemos o coche e imos xantar a algún lugar por aquí preto?

- Si. Pero primeiro subamos á torre.

- Á torre? Nin de broma.

Muchos, como el titulado A inmolación, comienzan con un diálogo o son sencillamente eso. Otros en cambio, afrontan el conflicto interno de los personajes con estilo indirecto, como ocurre en A euforia dos Troianos, el relato más largo del libro:

A muller bebe unha xenebra dobre. Ao home que, ademais de certos problemas de inadaptación, tivo de cativo unha cazadora de pel que aínda lembra éntralle gana de saír a tomar unha copa cando ve a muller tomando unha xenebra dobre. Proponlle chamar a nanny e saír os dous xuntos. A muller volve encher o vaso de xenebra e dille que saia el; ela non ten gana de saír.

(...)

A carraxe apodérase deles. Un día, a muller levanta a man e dálle unha labazada ao home. O home devólvella. Inmediatamente serénanse. Están de acordo en que así non poden seguir. Deciden separarse.

Como puede verse en los ejemplos, el estilo es sobrio y directo, con frases breves y descriptivas. Una narración que se devora sin pensar pero deja poso si se saborea. El autor revisa algunos cuentos clásicos (Pygmalión, Cenicienta, La bella durmiente...) con algunos recursos ahora bastante comunes (empezar por el final del cuento, llevarlo un poco más allá desde el principio, darle la vuelta a los personajes...). Recursos que hoy parecen facilones pero no ensucian el original mundo de Monzó.

Lo único que quizá quede anticuado es la visión permanente del hombre atormentado y la mujer fatal como estereotipos casi únicos en la mayoría de sus relatos. De hecho parece tener un cierto afecto hacia sus personajes masculinos o al menos intentar generar eso en el lector, mientras que las protagonistas (y sobre todo las antagonistas) salen perdiendo o quedan desdibujadas, cuando no se enfrentan entre ellas.

Reconfortada polo éxito, Dorotea volve ao cirurxián. Faise implantar coxíns de silicona nos peitos. Quédanlle preciosos. Dereitos, túrxidos, dunha medida ideal. Desta volta, Carlota torce o fociño. Pregúntalle se está segura de que non está a ir demasiado lonxe, se todo iso, dalgún xeito, non fai que deixe de ser ela mesma para converterla nunha muller de plástico...

También hay algunos cuentos que no tratan del amor o las relaciones de pareja, especialmente hacia el final del libro. Se agradece esa ventana a pensar que no todas las cosas encuentran su porqué en el divorcio o el enamoramiento, por tentador que sea pensarlo.

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