viernes, 23 de abril de 2021

Debates, política, amenazas, democracia y odio

Breve resumen: en la Cadena SER, horas después de que tres personalidades políticas fueran amenazadas de muerte, ha habido un debate entre los partidos candidatos a gobernar la Comunidad de Madrid. Al tratarse de uno de los candidatos presentes, la periodista Angels Barceló pregunta sobre ello a los partidos. Se da un encontronazo entre la candidata de VOX y el candidato de Unidas Podemos, éste último se marcha y el debate continúa.

Todo esto genera una gran reflexión sobre la democracia, el miedo, el odio, las amenazas, las líneas rojas, las fake news, el fascismo, etc... Evidentemente, se cae en el juego político de la instrumentalización, como ha ocurrido en la historia de la democracia con las víctimas del COVID, las víctimas de ETA, las víctimas del 11-M, las víctimas del GAL, etc.

Como partidos políticos, se les presupone el interés partidista por arrimarse a todo posicionamiento que les dé votos, pero la tendencia, creo yo, es inquietante. Porque la democracia es un marco, un marco tan amplio que acoge, como hizo en su momento, al partido nacionalsocialista alemán, y si lo acoge, puede ser votado y puede llegar a ganar, como hizo Hitler, y gobernar y convertir una democracia en una dictadura.

Pero ese partido, esos dirigentes, no pueden llamarse demócratas, porque no lo son (de hecho implantan una dictadura). Son tan poco demócratas, que si no llegan al gobierno a través de las urnas, dan un golpe de estado y toman el poder por las armas (como es el caso de Franco). Y pueden hacer muchas cosas buenas, como los pantanos, la seguridad social o lo que ellos quieran. Pero nunca se podrá decir que son demócratas. Precisamente porque harán lo que ellos quieran.

Si la democracia es el marco que deseamos, si nos consideramos demócratas, no votaremos a estos partidos antidemocráticos aunque algunas de sus propuestas puedan convencernos (aunque sean los únicos que hagan esa propuesta), porque tendremos la capacidad de exigir un mínimo democrático a nuestros partidos.

Y ya puestos a soñar, sería maravilloso que la educación recibiera la atención que merece y pudiéramos crecer en la salud democrática y en el pensamiento crítico. Hasta entonces, sería muy de agradecer que los partidos políticos y los medios de comunicación facilitaran la democracia, en lugar de enfangarla con comentarios pasionales.

Debe ser muy duro recibir una amenaza de muerte. Debe ser muy tentador utilizarlo políticamente. Debe ser muy ruin provocar gratuitamente al amenazado. Y sería maravilloso que los partidos aprendieran de la sociedad la capacidad de sustraerse al fango y defender la democracia por encima de los partidos y sus guerrillas de votos. 

Porque millones de personas nos manifestamos cuando murió Miguel Ángel Blanco, millones cuando USA, Reino Unido y España iniciaron la Guerra contra Irak que provocó alrededor de 30000 muertes entre civiles y militares, millones cuando murieron 191 personas el 11 de marzo de 2004. Y si la gente corriente somos capaces de repudiar la violencia, aunque estemos de acuerdo con el ideario político de quien las ejecuta, entonces la democracia sobrevivirá al fango político. Si no, quizá tenga sentido el miedo a la posibilidad de una nueva guerra civil que tanto utilizan electoralmente.

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