jueves, 16 de enero de 2014

Otra de las mías



¿Os acordáis del famoso Carlo Rossi?
Para algunos no hará falta más, a los demás os diré brevemente que era un tipo que me pidió 20 euros en Turín para ir a su casa a coger las llaves del gimnasio con la excusa de que era el famoso boxeador Carlo Rossi.
La sala de no-estar





¡Qué ingenuidad! ¡Qué candor! Y ya tenía 20 años, pero el tipo me tongó igual (aunque eso sí, me dejó su reloj, que parecía muy valioso pero era un Carretier fabricado en China o en casa de Rossi.
Después de esta y otras cuantas aventuras similares, cualquiera podría pensar que he aprendido y ya no me timan, pero no es así, sigo creyendo que la gente es buena y me llevo chascos, ¡qué le vamos a hacer!
La última a propósito del piso. Éramos dos a compartir, vino mi ex compañera de piso a pasar unos días, encontró trabajo en la panadería de al lado y decidió quedarse un mes y medio. Intentamos hablar con la casera para que nos dejara ser tres pero el primer acercamiento de posturas salió rana, así que me busqué rápidamente una habitación para pasar un mes.
El agradable jardín, trasero
No os cuento lo difícil que es encontrar algo barato y por breve tiempo, pero os lo imaginaréis. Después de unas cuantas llamadas y mensajes que acabaron en nada y ya con el agua al cuello, me responde un tipo (Helman) que resulta ser español (Germán, supongo), me lleva a ver la casa y me enseña solo el cuarto.
El cuarto no estaba mal del todo, y medio limpio. Pero cuando vi el resto de la casa (obviamente después de haber pagado la fianza) casi me desmayo. De hecho si no lo hice fue por miedo a coger una infección en esa pocilga que el tipo con mucha gracia decía en el anuncio que era “un piso totalmente renovado, y pintado, como nuevo”
Además, el cuarto daba a la vía del tren, por lo que desde las 5 de la mañana había un ensordecedor ruido de trenes pasando por la ventana. Conclusión: que le dije al baranda que yo pasaba del tema y que me iba de allí (y que de paso me devolviera la fianza).
Me dijo que sin problema, y nunca más se supo. Como yo soy un tipo listo, con recursos, le dije a mis amigos que llamaran como interesados en el piso y así me presentaba yo para hablar de lo mío. Resultado: se inventó que había estado de vacaciones y me dio un número al que llamarle para quedar. Entre que no responde y que yo no insisto, seguimos como estábamos.
La cocina. Cucarachas en la nevera que os ahorro
Y ahora, estilo Víctor, os dejo unas fotos de la maravillosa casa, cortesía de Dinah.
El cuarto de baño, totalmente renovado
La repisa para poner el cepillo de dientes, limpísima

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