sábado, 20 de febrero de 2021

Comentarios - El volumen de la ausencia

 En la biblioteca que poco a poco va ocupando su lugar en la casa, hallo "el volumen de la ausencia" y me parece gracioso que ese volumen, que además pertenece a una colección de tapa dura, ocupe un lugar cúbico en la estantería. Me gusta que el título sea un octosílabo perfecto y no dudo en comenzar su lectura.

Su autora es Mercedes Salisachs que, según descubro en Wikipedia, fue directora editorial de Plaza y Janés además de novelista hasta los 96 años. Murió al año siguiente de la publicación de su última novela. Dice la red global que fue hija de un rico industrial barcelonés y recibió una educación liberal-conservadora y yo lo pongo porque sin duda algo de ello impregna a varios de los personajes de la obra.

Me ha parecido una novela estupenda por la calidad poética con que recorre la época de la dictadura de Franco y los primeros años de la democracia a través de la figura de su protagonista Ida Sierra, cuyo nacimiento lo calculo en los años 30 y en la actualidad de la novela (alrededor del año 1980) cumple 50 años. El relato se centra, aproximadamente en los veinte años que van desde los 30 a los 50. A pesar de lo que dice el tango, los acontecimientos que se acumulan en esos 20 años son muchos para la protagonista: personales, laborales y familiares. Todo con ese telón de fondo de los muchos cambios sociales que también se relatan.

Gracias a este relato he comprendido ese término que llevaba un tiempo escuchando: el tardofranquismo. Una época en la que se asomaba la libertad entre las mangas cortas de faldas y camisas, dejando al descubierto brazos y piernas cubiertos de costras de viejos principios que se resistían a desaparecer.

La historia de Ida Sierra es también la historia de la mujer en esa época de tránsito. Una mujer que a sus 50 años recibe del doctor la confirmación de una enfermedad incurable. A partir de ahí repasará su historia de renuncias al propio ser por causas como la familia, la sociedad, la fe o la ley. Por el camino encontrará todo tipo de personajes, principalmente femeninos, convertidos en la representación de cada una de esas ideas y veremos cómo se las apaña para dialogar con ellas y consigo misma.

"Marta Echave era una de las portavoces más entusiastas de aquellas teorías: "Nadie tiene por qué pedirnos cuenta de nuestras decisiones - insistía cuando se mencionaba el tema del aborto terapéutico -. A veces un embarazo puede acarrear serios trastornos mentales a las afectadas." (Decía afectadas, como si estar embarazada fuera una enfermedad.) Mi madre no se alteraba. Tampoco opinaba..."

La ausencia para Ida es la de Juan, pero en este párrafo, la autora nos invita a colocarnos en el lugar de la protagonista y sustituirlo por aquello (sea persona, animal, lugar o sentimiento) cuya ausencia ocupa volumen en nuestras vidas al cabo de los años: 

"... después de esos doce años vacíos de tu presencia, pero tremendamente llenos de tu ausencia. ¿Sabías tú que también las ausencias pueden tener volumen? La tuya lo tuvo. Fue un volumen lleno de ti, de tus palabras dichas al desgaire y de las que ni siquiera me habías dicho pero que yo adivinaba; de coloquios interminables entre tu yo lejano y mi propia soledad, siempre presente."

Y además tiene un punto crítico hacia la mercantilización del arte contemporáneo por sus artistas (o más por sus marchantes) ante la llegada de nuevos ricos con más dinero que formación o gusto, pero aparece muy de refilón, supongo que para no bambolear demasiado la ansiosa y frágil sociedad de los años 80.

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