Vuelve el amanecer
cada mañana
a forzar mi sonrisa
y dibujar la esperanza de eso
que llaman el nuevo día.
El viento frío baila macabro
y las legañas me cubren
de la violencia del sol
y martillea constante
el cuco sobre la mesa.
El día trae las rutinas
de pies descalzos
dientes sucios
ropa arrugada
prisas sin besos ni promesas.
Y en el trayecto interrumpido a cada instante
apenas tengo unos segundos
para el sueño
diferente
a todas las bofetadas de papel de las paredes
que me insisten monótona y temática-
mente
en aguardar un nuevo amanecer.
Igual al de hoy, en el mejor de los casos,
o peor.
Un espacio nacido como diario de viajes que ahora es más un compañero de camino...
sábado, 22 de agosto de 2020
Vuelve el amanecer
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