sábado, 1 de marzo de 2014

Nos volveremos a ver

El verano acabó, y como en las novelas de aventuras que leía de pequeño, toca despedirse. Aunque me queda todavía un mes aquí, ayer dejé los trabajos en la cafetería y en los cruceros, con las consiguientes despedidas, que tradicionalmente se resumen en salir a tomar unas cervezas o -en mi caso- zumos con los compañeros y compañeras de trabajo.
Con la peña de la cafetería,  como llevo trabajando 8 meses, quería organizar una cena española,  para que se animaran a dar el salto y visitarme.
Como la mayoría es europea no sería difícil organizar un reencuentro cuando todos volviéramos a nuestros respectivos países. Pero la cena queda pendiente y si la hago destaparé el tarro de las esencias y pondré sobre la mesa cuanto hed aprendido aquí,  la paella, la tortilla, la empanada... y lo mismo me atrevo con unas torrijas, ¿por qué no?
Con los compis de los cruceros ha ocurrido lo que siempre le pasa a uno cuando se marcha de un sitio (un querrabiadá, que diría Alfonso Arús) y es que ayer fue la primera vez que salimos a tomar algo despues del trabajo y lo pasamos tan bien que seguro lo repetirán mas veces desde ahora. Y es una pena porque es un grupo de gente buena onda muy variado (australia, brasil, grecia, chile, corea, china... vamos un poquito de todo) y un horario inmejorable para salir de fiesta, porque acabamos los cruceros a la medianoche de viernes y sábado. De hecho aún me pregunto por qué no nos han dado las tantas de la mañana antes de anoche, ¡qué raro!
Será que soy un sentimental, pero me dio pena terminar en ambos sitios, no por el trabajo en si, que tampoco es nada del otro mundo, sino por el compendio de experiencias vividas y sobre todo por la gente con la que se comparten esas vivencias.
También contribuye la proliferación de muestras de cariño y presión en facebook, recordando momentos imborrables y pidiéndome que me quede. Con el entusiasmo del momento se lo plantea uno y llega a pensar en quedarse y no volver, o regresar temporalmente pero en frío y con el peso de la terca razón las pegas o reparos desequilibran la balanza.
Por si estoy siendo muy críptico lo que digo es que no sé si quedarme en sydney o si regresar despues de un tiempo en españa, pero no me lo tengáis en cuenta, que ya tengo el billete para Madrid mirado y casi comprado.
Y todo esto que hoy cuento brevemente, lo hago desde alice springs, primera etapa de mi viaje al corazón del país. No pongo fotos porque con el tablet es complicado y la aplicación no me funciona. Si puedo, os hago la cronica diaria,  pero no sé yo que conexión wifi habrá en el desierto...

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