sábado, 12 de noviembre de 2022

De lo sagrado

¿Qué es lo sagrado? Cada quién tendrá su idea: Dios, la Constitución, comer paella los domingos o las vacaciones. Y cierre la lista un largo etcétera. ¿Adónde quiero ir a parar? (siempre me gustó la voluntad de moverse para llegar a la quietud) Pues a una serie de acciones que están gozando de cierta visibilidad (o más bien viralidad) y que están relacionadas con la profanación de algo muy sagrado desde el Siglo de las Luces: los museos.

Pensaba dar un rodeo muy largo, pero en la cronología ya hay información suficiente. Los museos son sagrados desde hace cuatro días, como quien dice. Sin embargo, la naturaleza lo es desde mucho antes (en los propios museos se pueden encontrar pruebas de ello, como los numerosos objetos de culto a dioses del viento, la tierra, la lluvia o el sol).

Esa naturaleza que profanamos a diario en mayor (cuando construimos macroproyectos de lo que sea) o en menor medida (cuando encendemos la calefacción o el coche) no es noticia cotidiana. Nos hemos acostumbrado a vivir codo con codo con lo sagrado, a protegerlo de una minoría  transgresora con leyes y policía, pese a que un cuadro (aunque sea de Goya o de Van Gogh) nunca tomaría represalias contra quien lo profanase.

¿Qué leyes y qué policía defienden a lo que es (minoritariamente) sagrado de la mayoría?

Que me perdonen Goya o Van Gogh, si hace falta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario