Este delicioso ensayo lo tenía pendiente desde hace varios años y por fin el momento oportuno y yo nos encontramos. Fue un regalo de cumpleaños de un compi del cole, de esos que ya deben estar hartos de escuchar la historia de que mi nombre sale de Cien años de soledad y que, claro, hizo la asociación de ideas directa con este ensayo, que precisamente se refiere a esa explosión de la novela latinoamericana en la que la obra de García Márquez es clave.
Su autor, el periodista de La Vanguardia, Xavi Ayén, realiza una investigación profunda y cuidada con testimonios directos de las personas implicadas, desde Vargas Llosa o García Márquez a la "superagente" Carmen Balcells, pasando por toda una serie de personajes "secundarios" que protagonizan algunos momentos históricos y otros tremendamente íntimos.
Cualquiera que lo lea reconocerá un cierto grado de cotilleo o de chascarrillo que se equilibra con la densidad de información editorial, por momentos árida. Yo prefiero compartir algunas partes de ese cotilleo, más entretenido para quien, como yo, no se apasiona por las grandes cifras. Por ejemplo el litigio entre Vargas Llosa y su primera mujer, que era su tía política.
Es un hecho constatable (y de aquellos años 60 y 70 no hace mucho) la escasa presencia de mujeres en el boom y el foco del autor en las figuras de Vargas Llosa y García Márquez, quizá porque sus dos grandes logros son las entrevistas que con ellos realiza y por el hecho de haber obtenido ambos el Premio Nobel. Pero démosle también su justo mérito al sistema patriarcal, o al menos introduzcamos la pregunta.
Sí que tiene una enorme presencia a lo largo de todo el ensayo la figura de Carmen Balcells, agente de la mayoría de escritores del boom. Una presencia que no hace más feminista la historia, pues se la define como una "mamá grande" parafraseando la obra de García Márquez:
Tampoco es ajeno el autor a la época y el posicionamiento ideológico de la mayoría de autores: años 60 y 70, Barcelona predemocrática, terreno de juegos de la gauche divine con sus juergas en Bocaccio, pero también años de revoluciones americanas y feroces dictaduras, ante los que esta generación de escritores comenzará significarse, sobre todo con el polémico caso de Cuba. Al principio con alegre favoritismo y posteriormente con insalvables resquebrajamientos:
Se produjo un realineamiento político. En palabras de Vargas Llosa: "Ser forman tres grupos, los que se quiedaron con Cuba, los que rompieron y los que permanecieron en el limbo". Del lado castrista se alinearon Julio Cortázar y Gabriel García Márquez, y entre los disidentes figuraban Varrgas Llosa y el español Juan Goytisolo, mientras que Carlos Fuentes mantuvo una acittid ambigua. Para Donoso, frente a la Revolución cubana, "hay una variedad de actitudes desde mi propia y congénita tibieza política hasta el compromiso total de Carlos Fuentes y más tarde, el de Vargas Llosa". En cualquier caso, dice Donoso en 1982, los nombres verdaderamente grandes de la literatura cubana son hoy (...) claramente disidentes y todos viven en el exilio.
Por supuesto se aborda la gran disputa entre García Márquez y Vargas Llosa, la importancia de la editorial Seix-Barral, el magnetismo que sobre estos escritores ejercen ciudades como Barcelona, París o Nueva York y la recomendación de todo un universo de novelas y cuentos (con alguna que otra poesía) tan real y tan mágico como el inexplicable boom.
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