miércoles, 27 de julio de 2022

Comentarios - Canciones de amor a quemarropa

 Mi tía se ha convertido en mi proveedora oficial de lecturas y me alegra que sea así porque tiene buen gusto. Aunque su debilidad son las historias de judíos durante la Segunda Guerra Mundial y no me recomienda muchas escritoras, también se alimenta de grandes novelas americanas, como la última de Franzen que ya comenté aquí o la trilogía El corazón de los hombres de Nickolas Butler, que ya me ha prometido próximamente, tras leer el debut literario de su autor, esta Shotgun Lovesongs, que es un discazo hecho novela (o la novela de un gran álbum).

El libro acompaña a cuatro amigos de Wisconsin en varios momentos clave de sus vidas sentimentales: bodas, divorcios, amistades viejas y nuevas, idas y venidas desde y hacia su pueblo, etc. La originalidad está en el juego de puntos de vista que establece el autor; cada capítulo lo narra un personaje diferente en primera persona y con ello se permite jugar con el tiempo, mediante recuerdos que conectan el capítulo anterior con el siguiente pese a los saltos temporales. Si nos guiáramos por el inicio podríamos decir que los protagonistas son Henry (narrador del primer capítulo) y Lee.

Lo invitamos a todas nuestras bodas; era famoso. Los tarjetones los enviábamos al rascacielos de su compañía discográfica en Nueva York para que le remitieran esos chabacanos sobres dorados mientras él estaba de gira: Beirut, Helsinki o Tokio. Lugares fuera de nuestro modesto alcance, sitios que no alcanzábamos a imaginar siquiera. Él nos enviaba regalos en maltrechas cajas de cartón festoneadas de sellos extranjeros. De regalo de cumpleaños, elegantes corbatas o un perfume para nuestras mujeres; para nuestros hijos, delicados juguetitos o chucherías...

Esto, que es un recurso técnico, se convierte en la mejor herramienta para conectar con cada uno de los personajes, entenderlos y tomarles cariño (y también un poco de manía, menos mal, porque no intentan ser perfectos). Además nos regala la posibilidad de comprender cuál es la verdadera relación con el pueblo que tienen; tanto si se quieren ir o quedar como si desean volver o no regresar nunca (ellos que pueden).

Miro ese silo cada día, no vaya a ser que por la noche alguien haya añadido una pintada nueva. Mi mundo está lleno de cosas que he acabado convirtiendo en mis monumentos particulares: un antiguo roble en mitad de nuestro campo de alfalfa, un bloque errático que está delante del instituto, hasta el área de servicio a las afueras del pueblo, con su inmenso poste y esa bandera americana demasiado grande. Me basta con echarle un vistazo a la bandera para saber si ha muerto alguien; supe al instante, por ejemplo, que el chico de los Swenson no iba a volver de Afganistán.

Posiblemente sea una novela sobre el tema universal del amor y aunque solo muestre parejas heterosexuales, sí recoge algo del amor a un/a amigo/a, a un lugar o a una/o misma/o, y casi es éste el centro de la narración, o quizá sea la añoranza de una época de amor más incondicional.

Y en cuanto a los personajes femeninos, sólo hay una narradora, Beth, con una enorme presencia durante toda la novela pero, al parecer, no suficiente para que su nombre aparezca en el resumen de la contraportada (aunque sí aparece citada como la primera novia de Henry). Un personaje que nos permite entrar un poco en las vidas de las mujeres de estos cuatro amigos y que desde luego contribuye a conocerles mejor.

- Kip y yo nos separamos -me dijo, y su declaración flotó en el aire durante unos instantes, fea, incómoda e increíble. Se encogió de hombros y se echó a llorar tapándose la cara.
Mi primera reacción fue desplomarme sobre la pared de la derecha, la que estaba llena de pintadas con los nombres de los vecinos de Little Wing que iban a beber al local. "¿Es que todo el mundo se divorcia? -pensé-. ¿Es que el mundo entero ha perdido el maldito juicio?"
 
Y también merecería la pena hablar de las descripciones de los paisajes de Wisconsin y el amor que el autor guarda por su tierra, pero algo habrá que dejarse para descubrir durante la lectura...


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