martes, 3 de diciembre de 2013

Mi casaaa, teléfonooo, interneeet



Ya estoy instalado en mi nueva choza, choza porque las hormigas se pasean por la alfombra como Pedro por su casa (que digo yo que ya se podrían pasear por la alfombra de Pedro, que no sé que les ha dado con la mía, pero en fin, no nos quejaremos).
La ubicación es inmejorable, ahora que trabajo en los cruceros de noche y en la cafetería de día, me pilla todo a 10 o 15 minutos en bicicleta y como el curso y el festival de Newtown ya se terminaron no tengo que pegarme esas arriesgadas palizas de casi una hora sobre las dos ruedas.
La vista desde la puerta de casa
Tampoco es que me haya pasado nada especialmente interesante en la última semana, así que os hablaré de la casa. Tiene un jardín muy bonito que por lo visto diseñó su propietario para que cada estación ofreciera colores distintos con el florecer de varias plantas y árboles, y también tiene un huerto y un gato.
Cuando fui a Bruselas, me tiré el primer mes en un casoplón de nota cuidando de un gato y también tenía huerto, y el huerto, como el de esta casa, tenía tomates y calabacines que entonces utilicé para hacer gazpacho y crema de calabacín y que aquí aún no he probado pero como diría aquél “tienen una pinta…”
Este giro orgánico y bio-eco-natural del contaminado hacinamiento de la ciudad al reposado ritmo de barrio es tan extremo que no tengo internet, más que el que le robo a mis vecinos (por cierto que esto también tiene sabor belga, vivir dos años gorroneando internet tiene su mérito) y que por supuesto va despacísimo y apenas funciona cuando llueve. O sea, que ando desconectao.
Con este complejo panorama el blog lo tengo descuidado pero al mismo tiempo, me he dado cuenta que es la única cosa que mantengo desde que llegué: de casa he cambiado tres veces, el trabajo lo encontré más tarde y el curso terminó la semana pasada. ¿Querrá decir esto que yo de mayor quiero ser bloguero? Y si así fuera ¿eso qué es lo que es? Para mí, un ejercicio de disciplina y sobre todo la excusa perfecta para no mandar e-mails colectivos, para Víctor me imagino que algo parecido, el de Marta un catártico y ocasional exabrupto satírico (que a muchos nos gustaría leer más a menudo) y para Edu, un espacio más del complejo mundo hacia el que evoluciona su profesión, cada vez más difícil. Pero como los tres son unos grandes, aquí comparto unos enlaces muy suculentos:
El de Victor: elhombresintrenza.blogspot.com
El de Marta: morenaenapuros.blogspot.com
El de Edu y compañía: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/minutoloco/
Buen provecho.

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