viernes, 13 de octubre de 2023

Diarios de un lector a tiempo parcial: O traxe e Vagalume

 Hace cosa de un mes, tiempo que no parece breve aunque camine ligero ahora que los días se acortan, me recomendó una amiga la aplicación para leer libros en el móvil de las bibliotecas públicas. Con todas las cautelas del caso, me decidí a probar la semana pasada, aprovechando una inesperada aunque por fortuna intrascendente noche en urgencias.

Como no me gusta mucho leer en el móvil (ya bastante tiene uno con los mensajes de texto, los correos electrónicos, las noticias digitales...) elegí un texto breve, y como la biblioteca a la que accedí es la gallega, regresé a las lecturas en esta lengua. Por último, ya que ando cerca de sumergirme en la figura de Cunqueiro, elegí el último Premio Cunqueiro de textos teatrales: O Traxe, de José Fernando Castro Paredes.

Tiene su gracia pensar que me leí en la sala de espera del hospital un texto que arranca con un anciano saliendo de allí, especialmente por lo casual e incluso azaroso de la decisión. Además de arrancarme la sonrisa en varias ocasiones, me pareció un cuento delicioso que creo que entronca con toda una tradición gallega de humor, magia y costumbrismo (muy ligada a Cunqueiro, desde luego, y a otros como Wenceslao Fernández Flórez).

Como la nochecita fue toledana y se alargó hasta el día siguiente, busqué otro título, pero me decidí a probar con el formato de audiolibro. Es la primera vez que escucho uno, aunque tenga experiencia en ponerle voz a otros y debo decir que he disfrutado mucho su lectoaudición.

Vagalume, el último libro de Julio Llamazares, es, al igual que los otros textos que del mismo autor he tenido el gusto de leer, un prodigioso ejercicio de prosa poética en el que con la excusa de un pequeño misterio familiar, se teje una narración lenta, detallista, reflexiva y luminosa con todos los grandes temas de la literatura: el amor, la muerte, el paso del tiempo y la propia literatura.

Posiblemente esta sensación de viaje a una "ciudad de provincias" (que es cualquier cosa menos un "no lugar") se haya acrecentando con el tempo y la interpretación pausada y contenida de Fernando Soto. No sé si recomendar más la lectura o la escucha, pero sí sé que Vagalume me ha provocado y sugerido muchas ideas y reflexiones, además de regalado octosílabos deliciosos como "El alma humana es un pozo" o "Todos tenemos tres vidas"

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